Uno de los mayores impactos ambientales del sector textil es el gran consumo de agua que
requiere la producción de materiales y los procesos industriales. Anualmente emplea alrededor
de 93.000 millones de metros cúbicos de agua.

Por cada yarda de tela que se fabrica hay un consumo de agua, energía y mano de obra que debe
ser valorada al 100% para evitar el desperdicio de recursos. Sin embargo, la manufactura de
prendas en la industria de la moda genera grandes toneladas de desechos incluso desde antes
que un producto salga al mercado, malgastando el agua que ya fue utilizada para la producción
de esas telas.

Ya que nuestro país no es productor de textiles, pero si los consumimos, debemos rendir cada
pulgada del tejido que es importado. Por eso, con la colección “Cada gota cuenta”, buscamos
reutilizar los retazos de textiles que quedan como residuo después del corte de dos talleres de la
ciudad, de manera que se haga un llamado de atención ante la cantidad de agua que se deja de
aprovechar cuando se desperdicia un pedazo de tela.

De esta manera, buscamos disminuir la huella hídrica de la moda dominicana a la vez que
concientizamos tanto a los consumidores como a otros colegas diseñadores.